miércoles, 11 de mayo de 2011

Cómo cuidar gatitos cachorros (y no morir en el intento)

muchos nos ha pasado alguna vez: encontrar un gatito pequeño abandonado, o una camada de gatitos que "amablemente" alguna persona sin criterio deja en la puerta de nuestra casa, en la calle o dentro de una bolsa para que otro se apiade de ellos. ¿Qué hacer en esos casos? Las soluciones dignas y humanitarias a esa situación son dos: buscar una madre gata sustituta -que esté amamantando a sus cachorros- o hacer uno mismo de madre sustituta. Es posible criar a una camada de gatitos sin madre y con biberón. Sólo hace falta dotarse de algunos elementos básicos, paciencia y tiempo. Aquí doy algunos consejos para desempeñarse correctamente en este rol de madre sustituta, ¡que es una hermosa y gratificante experiencia!

NOTA: cualquier síntoma extraño que tengan los gatitos y que acá no sea descrito debe ser visto por un veterinario. En esta página no damos consejos de salud, sino de mantención y alimentación de los pequeños cachorros. Nosotros NO SOMOS VETERINARIOS.


Lo primero que hay que decir es que los gatitos abandonados antes del destete son extremadamente vulnerables, principalmente porque no reciben la leche de su madre, que les aporta todos los nutrientes y anticuerpos necesarios para inmunizarlos y que crezcan con normalidad. Pero si cuidamos de tres aspectos básicos comunes para todo gatito lactante, cuales son la alimentación, el calor y la excreción, tendremos grandes posibilidades de sacar adelante a esos pequeños.

Calor y abrigo

Lo primero es dar a los gatitos un espacio cerrado, bien abrigado, ventilado pero protegido de las corrientes de aire. Una caja de cartón no demasiado grande, provista de periódicos en su base y algunas ropas de lana o algodón suave serán una perfecta cunita. Bajo las ropas, es necesario colocar un guatero (bolsa de agua) caliente, que iremos cambiando cada par de horas, independientemente a si es verano o invierno. Los gatitos recién nacidos tienen poca grasa subcutanea y no pueden retener el calor corporal. Además sólo reciben el calor de su madre, por lo que mientras más calentitos los tengamos, mejor. Como medida extra, si los cachorros son muy pequeños (que aún no abren los ojos o aún tienen el cordón umbilical) podremos poner sobre la caja una lámpara con una bombilla (ampolleta) idealmente roja -o en su defecto, blanca- que proyecte su luz y calor sobre los gatitos.

Alimentación

Es importante considerar el desafío que esto significa para nosotros, porque los gatitos deben duplicar su peso a los cinco días de haber nacido, y desde entonces, suben gradualmente de peso. Las tomas de leche deberán hacerse idealmente cada dos horas si los gatitos son muy pequeños (tienen los ojos cerrados), pero pueden espaciarse cada tres horas si los gatitos son más grandes. No es recomendable espaciar la toma de leche más allá de cuatro horas, porque los gatitos estarán muy hambrientos entre una toma y otra, lo que perjudica su digestión y su crecimiento. La energia necesaria para que funciones su metabolismo está dada principalmente a traves de la alimentación. Un gatito que no come frecuentemente puede enfriarse, y éste es un gran peligro para ellos.

La alimentación de los cachorros ha de asimilarse lo más posible a la leche materna. Existen leches maternizadas que reemplazan la leche canina o felina (para el caso de Chile, se puede usar Lactocan o Mamistop) que se venden en las tiendas de productos veterinarios o en la farmacia. Si no puedes acceder a estos productos, puedes elaborar una preparación en casa, que consiste (para 250 cc. o una taza) en:
    • un cuarto de litro de leche entera, o de ser posible, sin lactosa,
    • una yema de huevo,
    • una cucharadita de crema de leche.
    Se mezclan todos los ingredientes, calentándolos a baño maría. Si sobra, sólo se puede guardar hasta tres días en la nevera, pero idealmente trataremos de preparar la porción justa de una taza para darles leche fresca a los gatitos. Nada nos podría venir peor que una diarrea por gastroenteritis que adelgace y deshidrate a los gatitos.
    Para darles la leche a los gatitos, lo más recomendable es una jeringuilla o un gotero. Empujaremos el émbolo de la jeringuilla o apretaremos el gotero lentamente, evitando que el gatito se atragante y le salga la leche fuera de su boca. La mejor manera de alimentarlos es como se muestra en la foto, semi inclinados y con la palma de la mano sujetando en una misma línea la cabeza y la espalda del gatito. Las jeringuillas nuevas tienen la ventaja de que son suaves, por lo que dejan salir la leche de acuerdo a la succión del gatito de un modo más natural. La cantidad de leche que se les dé en cada toma dependerá de la edad de los gatitos, pero en promedio se recomiendan de dos a tres jeringuillas de 10 cc. por cada toma.

    Excreción

    Una vez alimentados los gatitos, y después de cada toma de leche, tendremos que cumplir una de las más importantes tareas: ayudarlos a eliminar sus desechos, porque ellos no lo hacen solos, sino que es la gata quien los estimula. Los riñones del gatito recién nacido funcionan a un cuarto de su capacidad normal, y no pueden concentrar orina, por lo que deben excretar grandes cantidades de orina diluida. Esta pérdida de agua debe ser nivelada posteriormente con una ingestión suficiente de leche. Para estimular la micción y defecación del gatito, tomaremos un algodón humedecido en agua tibia, y masajearemos suavemente el ano -imitando los languetazos de la gata- de modo que el gatito elimine sus desechos sobre el algodón. A veces los gatitos estarán un poco constipados, cosa que se pasa masajeando suavemente su barriguita con el dedo.

    Otros cuidados

    Para ayudar a los gatitos sin madre a la formación de su sistema inmunológico, muchos veterinarios recomiendan que desde los primeros días se les administre además un antiparasitario inmunorregulador como Invermic, a razón de una gota por día para cada gatito. Cuando a los gatitos les crezcan los dientes, podremos comenzar a ofrecerles comida en lata o comida seca (para gatitos menores de un año) mezclada con agua tibia. La idea es entrenarlos poco a poco para que comiencen a alimentarse de sólidos.

    A partir de las cuatro semanas de edad, más o menos, estarán preparados para dar este paso; y además, para aprender a usar la bandeja con arena sanitaria. De este modo, nuestros gatitos ganarán en independencia, seguridad, y sobre todo, podremos disfrutar de sus juegos y de la curiosidad natural que los caracteriza a esta edad.

    Ojalá estos consejos les sirvan para llevar a cabo una tarea que siempre será un pelín complicada para los inexpertos, pero que a la vez es hermosa y gratificante. Alimentar y ver crecer a estos sorprendentes animales es de verdad una experiencia maravillosa.

    No hay comentarios: